Este será el primer artículo relacionado con la propia experiencia del embarazo. Publicaré cinco artículos (T0 -> T4), desde la búsqueda hasta la recuperación posparto, por qué no solo es importante considerar y cuidar el periodo gestacional, sino que también lo son los meses previos y posteriores al nacimiento.

Los diferentes artículos estarán enfocados desde un punto de vista personal (como mujer) y profesional (como entrenadora y fisioterapeuta), centrados en los cuidados y la experiencia propia de todo el proceso, tanto deportiva como de salud en general.


En este artículo voy a hablar de la planificación, de la búsqueda del embarazo compartida con Oriol, por si algunas parejas se sienten identificadas o quieren conocer nuestra experiencia.

Presión social

Empezamos con la presión social, pues cuando vives en pareja, llegas a los 30 y si encima te casas… se eleva exponencialmente y deberíamos estar preparadas para eso, por qué no solo te acribillan con los anuncios de “clearblue” o de “ropa para embarazadas” en las RRSS, también la familia y amigos te preguntan, sin tener en cuenta las consecuencias emocionales o de pareja, «¿cuándo vais a tener hijos?». No preguntan si habéis pensado en tenerlos, o si os gustaría algún día…, NO, dando por hecho que debe ser así el siguiente paso. No me imaginaba que sería tan exagerado, y la verdad, te crea una presión añadida en cualquier caso: tanto si se hubiera decidido no tener descendencia, como si se ha decidido, pero se quiere esperar un tiempo, o si se quiere mucho, pero no se consigue el embarazo. 

En mi caso, nunca he tenido un fuerte instinto maternal, tampoco Oriol paternal, pero sí que nos entraron ganas de ampliar la familia juntos, así que decidimos intentarlo. 

¡Decididos!

La decisión a quedarse embarazada es parecida a la elección de una competición, con la diferencia de que un embarazo marcará el resto de la vida, no solo los próximos meses, y no solo como mujer, también como pareja.

Así pues, antes de ponerse, de no tomar precauciones, te preparas mentalmente durante un tiempo, te imaginas como madre y a tu pareja como padre, piensas en las consecuencias que habrá en tu cuerpo y como influirá en ti y en él (mental y físicamente), también en el deporte y la competición, valoras los riesgos y los beneficios, el coste económico a corto plazo (mejor no pensar a largo!!), cómo van a cambiar los fines de semana, y el día a día, como lo combinaremos con el trabajo, y los estudios, etc.  Y todo esto solo se puede intuir, especular, imaginar… por qué la primera vez todo es nuevo y muy imprevisible, aunque leas un montón o te expliquen mil y una cosas.

Una vez piensas que estás segura y decidida, toca visita a la ginecóloga que te hace la analítica previa, te recomienda ir tomando el ácido fólico y otras vitaminas importantes para el desarrollo del embrión. También visitas al dentista para evitar ir durante la gestación. Luego empiezas a escuchar tu cuerpo y a anotarlo en alguna APP (menstruación, ovulación, relaciones, etc.), te das cuenta de que no prestabas atención a nada de eso (en mi caso) y los ciclos iban extremadamente irregulares el primer año de dejar las anticonceptivas, luego se me regularizaron los ciclos aunque los tenía de 33 a 40 días, lo que sí que siempre pasaban 14 días entre la ovulación y el inicio del periodo.

¡Te das cuenta de los artilugios y trucos que existen! Para obsesionarse… en el caso de saber cuándo se ovula es importante para la fecundación, por lo tanto, detectarlo es interesante si quieres ir por faena. En mi caso, lo noto mucho y lo puedo verificar con las tiras que detectan la hormona LH, pero solo con escuchar mi cuerpo (líbido y moco cervical) puedo intuirlo. Hay aplicaciones que ayudan a controlar todo un poco, yo usaba la «Period Tracker«

AL LÍO…

app ciclo menstrual

Una vez informados de todo un poco, vas al lío, aunque dijimos que no tendríamos prisa ni miraríamos el calendario… te entra una preocupación como mujer, de si vas a poder quedarte embarazada. Luego, desde que ovulas hasta el periodo, si crees que ha coincidido que has tenido relaciones en un día “fértil”, te entra la neura de los 15 días, si vendrá la regla o no. Estos 15 días de espera son peores que los 15d de tapering. Solo tienes la cabeza allí, además cambias los hábitos, parecido a la previa de una competición importante: comes mejor, evitas los alimentos “con más riesgos”, deporte aeróbico, etc. Y escuchas el cuerpo a ver si notas algún cambio: ¡y lo notas todo!, pezones sensibles, dolor de ovarios, mear con frecuencia, sueño, hambre, … Al final, nada que no sea habitual antes de la regla en mi caso jaja… Solo que lo quieres asociar con que habéis hecho diana. 

Ya te advierten que las parejas suelen tardar entre seis meses y un año, pero como todo tu círculo, familias o amistoso te dice que “estáis sanos, lo conseguiréis a la primera, por qué yo me quedé a la primera o segunda…”, te crees que es posible y te preocupas cuando llevas “3 o 4” ciclos sin éxito.

La neura y las pruebas antes del positivo

Nosotros, tras pasado año y medio intentándolo, empezamos con las pruebas de fertilidad y trámites para técnicas de reproducción asistida. Yo ya había perdido bastante la confianza de la posibilidad de quedarnos de manera natural, también llevábamos una vida bastante ajetreada y pocos descansos de entrenamientos intensos (para LD). Y después de un año de pruebas y médicos, nos tocó visita e iniciar el proceso para la inseminación artificial a través de la Seguridad Social, en el Hospital de Sant Pau. Pasamos 3 meses relajados en cuanto a trabajo y entrenamientos, nos cuidamos un poco más para preparar bien el cuerpo (tanto el suyo como el mío), compramos toda la medicación para empezar en el siguiente ciclo. Pero la regla no venía… me había puesto la 2a vacuna de COVID un día después de la ovulación y pensé que algo estaría retrasando el periodo.

El 11/09/21, día de la Diada Nacional de Catalunya, después de pasar la noche en vela por culpa del cachorro que teníamos en casa… me hice un test porque llevaba 4 días de retraso y más de una semana con dolores de ovarios y pechos, y. aunque tenía muy pocas esperanzas, el test ¡salió positivo!

HGC POSITIVO

¡Qué calor, qué nervios, qué alegría y qué incerteza! No sabremos si por casualidad o causalidad, pero después de 3 meses de la última competición (Uri: Ironcat LD ’21 / Ivet: Ct España LD ’21), nos relajamos y nos cuidamos algo más, y finalmente, dentro de los varios intentos en poco más de dos años, salieron las dos rallitas 🙂

RECOMENDACIONES PARA LA BÚSQUEDA

Hay parejas que lo consiguen antes que otras, hay pocas que no sean compatibles y a pesar de algunas dificultades, muchas veces acaba siendo posible gracias a la ciencia. Lo que está claro es que cada vez cuesta más por qué el ritmo de vida ha cambiado y pocas veces se quieren tener hijos pronto, cuándo el cuerpo está más «fértil». Pero en este período muchas veces no tenemos estabilidad y aún se está estudiando o buscando trabajo.

Una vez se toma la decisión, suele ser importante preparar los cuerpos (del hombre y de la mujer) para que haya fecundación y luego gestar un bebé. Lo que hicimos nosotros los últimos meses y los consejos que daría, basándome en las recomendaciones actuales, base científica y experiencia propia:

  1. Deporte. Siguiendo las recomendaciones actuales y bases científicas…
    • En el caso de ser sedentarios, introducirlo en los hábitos diarios.
    • En el caso de ser activos, mantener el ritmo habitual.
    • En el caso de profesionales, si está costando, plantear bajar la carga y priorizar el nuevo objetivo saludable.
    • En el caso específico de los hombres, si la calidad espermática está alterada en movilidad y/o normalidad, evitar ropa muy compresiva y largos entrenamientos en bicicleta.
  2. Alimentación sana para ambos
    • Mujer – suplementada con 400 mg de ácido fólico y vitamina D (esta, en caso necesario). Si hay otras patologías, consultar con la ginecóloga y/o PNI (por ejemplo, para ovarios poliquísticos, interesante suplementar con mio-inositol).
    • Hombre – también si es necesario, suplementar el hombre con DHA, Qu10, Selenio u otros antioxidantes.
  3. Ritmo de vida, reducir el estrés de todo un poco: obligaciones, competiciones deportivas, formaciones, horarios laborales extenuantes, etc. Buscar tiempo para uno mismo y para la pareja.
  4. Hablar con los más próximos. Informar a la familia o amistades cercanas, por si hay presión añadida, dejar las cosas claras y que estén al día de las decisiones e inquietudes de la pareja.
  5. Confianza en una misma, pensar que es posible, pero que todo necesita su tiempo.

MI EXPERIENCIA Y ADAPTACIONES

Como he comentado, reducimos la actividad deportiva, y especialmente el entrenamiento «obligado», después de los triatlones de mayo y durante todo el verano. Ambos hicimos sesiones que nos apetecieran y poco desgastantes, también algunas caminatas y kayak en la semana de vacaciones. El resumen en gráficas:

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